Finalizamos la cuarta parte del libro, que aborda qué hemos hemos frente al reto del Cambio Climático. 10 capítulos y 39 páginas de lectura. ¡Anímate a participar a poner tu comentario en esta entrada del blog!. Estos son los capítulos objeto de comentario y reflexión:
4.18. Siguen diciendo una cosa y haciendo otra / Greta Thunberg
4.19. El coste del consumismo Annie Lowrey / Escritora en plantilla de Atlantic, donde trata asuntos de política económica, y autora de Give People Money.
4.20. Cómo (no) comprar Mike Berners-Lee / Profesor del Centro Ambiental de la Universidad de Lancaster, director de Small World Consulting Ltd. y autor de There is No Planet B.
4.21. Desperdicios por el mundo Silpa Kaza / Especialista en desarrollo urbano en el Centro Global de Gestión Urbana y de Desastres, de Resiliencia y de la Tierra del Banco Mundial.
4.22. El mito del reciclaje Nina Schrank / Activista del Equipo de Plásticos de Greenpeace Reino Unido.
4.23. Ya es hora de poner límites/ Greta Thunberg
4.24. Emisiones y crecimiento Nicholas Stern / Profesor de Economía y Gobernanza, y presidente del Instituto Grantham de Investigación de la facultad de Economía y Ciencias Políticas de Londres.
4.25. Equidad Sunita Narain / Directora general del Centro para la Ciencia y el Ambiente, organización sin ánimo de lucro para la investigación y la defensa del interés público con sede en Nueva Delhi.
4.26. Decrecimiento Jason Hickel / Antropólogo económico, escritor y profesor del Instituto para la Ciencia y la Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona.
4.27. La brecha de percepción Amitav Ghosh / Autor de dieciséis obras de ficción y de no ficción; primer escritor de habla inglesa en recibir el mayor honor literario de la India, el Premio Jnanpith.
En el capítulo 4.18. Greta apunta dos frases significativas:
“No somos conscientes de que nos encontramos en una emergencia climática. Pero ese no es el principal problema: no nos percatamos de que no somos conscientes”.
“No podemos seguir definiendo el progreso solo por el crecimiento económico ni por el producto interior bruto ni por los beneficios que reciben los accionistas. Tenemos que superar el consumismo compulsivo y redefinir el crecimiento. Necesitamos una nueva forma de pensar”.
¿Realmente no somos conscientes del problema de la emergencia climática? ¿O sí lo somos pero no sabemos cómo abordarlo? ¿O sí lo sabemos y no queremos abordarlo porque en el fondo sabemos que necesariamente tenemos que realizar cambios en nuestras vidas que no estamos dispuestos a asumir?
Más allá del exceso de emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las malas prácticas de gobiernos, según se apunta en el capítulo 4.19 no podemos pasar por alto el consumismo como origen. “Los individuos son los consumidores últimos de buena parte de lo que se bombea, se construye, se sacrifica, se extrae, se teje, se corta, se procesa y se transporta en el mundo, un año tras otro. Y es su materialismo y consumismo —nuestro materialismo y consumismo— lo que está conduciendo al planeta a su destrucción”. Esta frase que aparece en el capítulo es contundente: “Demasiados consumen demasiado. Derrochan demasiado. Tienen demasiado. Y les importa demasiado poco”.
Otro párrafo destacado de este capítulo es: “Nosotros, como individuos, tenemos que parar lo excesivo e innecesario, desde bolsas hasta vuelos en avión o segundos coches. Tenemos que residir en hogares más pequeños y verdes, y adoptar los medios de transporte públicos. Y lo que es más: tenemos que desarrollar un profundo escepticismo ante las ideologías económicas que nos han llevado a la extinción en masa y al calentamiento catastrófico, y empezar a actuar como si ese desastre fuera, de hecho, un desastre”.
El argumento de este capítulo es que la gran responsabilidad recae en empresas y gobiernos, pero la actitud individual es importante porque somos seres sociales y podemos influir en otras personas con nuestros hábitos y ejemplo, podemos modificar las prácticas empresariales y determinar en masa las políticas que los gobiernos impulsan. El capítulo terminar con la siguiente frase: “Todo necesita cambiar, y todo tiene que cambiar. Y ese cambio empieza en casa”. ¿Estás de acuerdo con el planteamiento desarrollado en este capítulo? ¿Consideras que en el fondo está poniendo el peso de la responsabilidad de la crisis en los individuos? ¿O que lo que está planteando es que hace falta un despertar colectivo para concienciarnos de que formamos parte del sistema y que en nuestra mano está tomar partido para cambiar la situación?
“Manipulación generalizada”. De forma así de cruda se define en el capítulo 4.20 la forma en que compramos en la actualidad, ya que de forma inconsciente estamos siendo bombardeados por información que nos invita a consumir en exceso productos que muchas veces ni siquiera necesitamos. Por eso se invita a entrenar y desarrollar el espíritu crítico, intentando responder qué busca o a qué intereses responde quien intenta “vendernos” un producto o una idea.
Un aspecto que se recomienda la hora de comprar de forma sostenible y responsable es investigar sobre las consecuencias que ha tenido sobre el medio ambiente cada producto que adquiramos. Pero esto exige esfuerzo, tiempo y conocimientos suficientes. ¿Cómo crees que se podría ayudar a los consumidores a que tuvieran más fácil realizar una compra sostenible de manera consciente?
En el capítulo 4.21 nos acercamos a la relación entre los residuos y el cambio climático. “En todo el mundo, el sector de la gestión de los residuos sólidos es uno de los tres principales emisores de gases de efecto invernadero, ya que aporta alrededor del 5 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono y hasta el 20 por ciento de las de metano”.
Una gestión inadecuada de los residuos tiene también otras consecuencias: “puede conducir a la transmisión de enfermedades, problemas respiratorios, contaminación de aguas y suelos, contaminación del aire y el mar, y hasta afectar a las economías locales (reducir el turismo, por ejemplo)”.
Teniendo en cuenta que las previsiones son un aumento de los residuos a escala mundial en los próximos años, urge adoptar medidas que permitan reducir el consumo y gestionar con una circularidad lo más eficiente posible todos nuestros recursos materiales. El problema de los residuos es un problema global, con lo que de forma global hay que abordarlo. El mundo occidental y los países en desarrollo presentan realidades muy dispares en cuanto a la gestión de residuos se refiere. ¿De qué forma podrían establecerse rutas comunes de convergencia de objetivos atendiendo a estas diferencias entre países?
El capítulo 4.22. me ha recordado a una de las actividades de divulgación que realizo en mi trabajo dirigidas a grandes grupos para explicar en qué consiste el cambio climático, donde preguntamos a los participantes que elijan cuál de las actividades propuestas creen que es la que más contribuye a solucionar el problema del cambio climático desde la capacidad de acción en el ámbito individual. Las opciones que se dan son: vivir sin coche, utilizar luces led, reciclar, reducir vuelos y seguir dieta basada en plantas. En la práctica totalidad de los grupos en los que la hemos realizado (varias decenas) la respuesta mayoritaria que gana por goleada es reciclar, a pesar de que en el listado de acciones individuales eficaces está situada en las partes finales de la lista. Es curioso ver la cara de sorpresa de una buena parte de los participantes cuando ven la respuesta correcta, que es vivir sin coche. ¿Por qué pasa esto? Hay mucho dinero invertido en campañas de comunicación, en greenwashing empresarial e institucional. Recibimos un martilleo constante de lo importante que es reciclar, pero no tanto de que es mucho más importante reducir y reutilizar. Se trata en el fondo de mantener el statu quo. Por supuesto que es importante reciclar, pero siendo conscientes de que hay acciones mucho más eficaces. La realidad dista mucho de lo que se nos quiere ver en los anuncios de televisión. La solución pasa por reducir la producción de plásticos. ¿Cómo crees que se puede contrarrestar este mito del reciclaje?
Probablemente el capítulo 4.23. sea el más intenso de los que hemos leído hasta ahora. Sin pelos en la lengua, Greta expone con crudeza la realidad a la que nos enfrentamos, poniendo en evidencia las carencias y fracasos acumulados en la causa climática. Hay que hacer cambios sistémicos drásticos ya. El cierre del capítulo es ilustrativo: “Nos acercamos a un precipicio. Y sugiero encarecidamente que quienes no hayamos sucumbido al ecoblanqueo, nos mantengamos firmes. No permitamos que nos arrastren ni un centímetro más hacia el borde. Ni uno. Ya es hora de poner límites. De aquí no nos movemos”. De todas las ideas del capítulo, ¿cuál es para ti la que más fuerza tiene?
En el capítulo 4.24 se aborda un tema recurrente y completo. Crecimiento, desarrollo, equilibrio, salud… ¿Son términos realmente compatibles en nuestro actual modelo? Veamos un párrafo del capítulo que abre el debate: “Se puede lograr desarrollo económico en todas las dimensiones, incluidos los ingresos, la salud, la educación, el ambiente y la cohesión social, al tiempo que se aborda el problema del cambio climático. Esta clase de crecimiento económico es esencial para los casi siete mil millones de personas que viven en países en desarrollo, muchos de los cuales son pobres. Puede elevar su nivel de vida, proporcionándoles empleos bien pagados y permitiéndoles acceder a una mejor atención sanitaria y educación. Nuestro desafío es llegar a ello sin que el ambiente sufra, lo que solo será posible si cambiamos radicalmente nuestras formas de producir y consumir, sobre todo en lo tocante a la energía”.
El capítulo 4.25. es una buena muestra de que la vertiente social de la crisis climática tiene su protagonismo merecido en este libro, donde se expone de forma clara e “incómoda”:
“La verdad más incómoda no es que estemos inmersos en una crisis climática, sino que debemos construir un nuevo modelo de crecimiento económico, uno accesible y asequible para todos y, al mismo tiempo, bajo en emisiones de carbono y sostenible”.
¿No crees que hacen falta acciones por encima de palabras y circunloquios?:
“La energía renovable es inasequible para los pobres; quienes ostentan el poder no deben predicar la necesidad de efectuar transiciones energéticas, sino pagar para que se lleven a cabo”.
El capítulo 4.26. condensa de forma brillante en unas pocas páginas la situación de desequilibrio norte-sur en relación con el consumo de energía y recursos, apuntando además algunas claves sobre el horizonte a alcanzar y sobre los pasos en los que tendríamos que centrarnos. Me ha ilusionado el enfoque positivo y posibilista que se desprende de sus palabras, terminando con una frase contundente: “Requerirá organización, solidaridad y valor. Como siempre sucede en todas las luchas por un mundo mejor”.
En las últimas décadas todo parece reducirse a crecer, a producir más, a consumir más… “(…) no hay pruebas de que sea posible desvincular por completo el crecimiento del consumo de energía y recursos a escala global, y todos los modelos globales existentes pronostican que es improbable que se logre en el futuro, incluso partiendo de los supuestos más optimistas sobre eficiencia y cambio tecnológico”.
Pero hay una alternativa… “La clave es disminuir las formas de producción menos necesarias y organizar la economía en función del bienestar de las personas, en lugar de la acumulación de capital. Eso se denomina «decrecimiento», y precisa de una reducción planificada del uso excesivo de recursos y energía en los países de ingresos altos para equilibrar de nuevo la economía con el mundo de una manera justa y equitativa”.
Son muchas las citas que podría seleccionar del texto a continuación, pero me quedo con este párrafo: “En lugar de asumir que todos los sectores de la economía deben crecer, lo necesitemos o no, deberíamos decidir qué sectores necesitamos que mejoren (por ejemplo, las energías renovables, el transporte público y la sanidad), y cuáles son claramente destructivos y deberían reducirse (todoterrenos, viajes en avión, moda rápida, carne de vacuno industrial, publicidad, finanzas, la obsolescencia programada, el complejo industrial militar, etcétera). Hay grandes parcelas de la economía organizadas en torno al poder corporativo y el consumo de élite, y todos estaríamos mejor sin ellos”.
¿Qué te ha parecido poner cifras y datos concretos a esa desigualdad entre norte-sur por todos conocida (emisiones, daños, consumo de recursos…)? ¿Seremos capaces de asumir que el decrecimiento no implicará tanto carencias como el centrarnos en las personas, en lo importante, en nuestro bienestar?
El capítulo 4.27. nos hace reflexionar sobre la difícil convivencia entre la gobernanza multilateral global versus el ejercicio de poder geopolítico nacional. ¿Dos realidades irreconciliables para hablar de crisis globales como el cambio climático? “(…)tal vez los dirigentes globales usan un determinado lenguaje durante las negociaciones internacionales, pero cuando analizamos lo que hacen en realidad, parece como si sus acciones estuviesen, en efecto, dominadas por una voluntad de poder. Quizá por eso los países ricos se sintieron capaces de aportar únicamente 10.000 millones de dólares a un fondo para ayudar a los países excepcionalmente vulnerables, pero no tuvieron dificultad alguna en aumentar sus gastos de defensa en un billón de dólares. Esto sugiere que, al contrario de lo que los dirigentes globales digan en público, muchos de ellos están preparándose de hecho para un futuro de conflictos intensificados”.
La conclusión a la que se llega en este capítulo es que si queremos convivir todos en igualdad de condiciones en nuestro planeta, los del norte global tenemos necesariamente que “bajar el pistón” de consumo. Así el sur global se “conformará” compartiendo un nivel de vida común que nos permita no superar los límites de crecimiento del planeta. ¿Estás de acuerdo con este planteamiento?
Te invito a que dejes comentarios respondiendo a alguna de las preguntas que aparecen dispersas por esta publicación de la web, o destacando cualquier aspecto que te haya llamado especialmente la atención de todo lo que hemos leído.
El jueves 20 de abril, en el directo de Twitch en el canal En Plan Planeta, comentaremos en directo estos capítulos y lo más destacado de los comentarios que recibamos en el blog. También seguiremos compartiendo ideas para ir dando forma a la CUÑADOPEDIA sobre cambio climático, que realizaremos de forma colaborativa en un documento de Google docs: https://docs.google.com/document/d/1F7ZNGLYjsqj6UfO3AIDvZ76uLUwMDvcz_o6He4Uh6p0/edit?usp=sharing
¡Nos leemos!
4 respuestas a “Club de lectura virtual En Plan Planeta: El Libro del Clima (día 10)”
4.18 Yo creo que las tres cosas. Ese cambio de paradigma que propone Greta es lo que resulta más complicado de conseguir. Está claro que las medidas individuales no son suficientes, aunque, si las tomara mucha gente, tendrían un efecto importante (mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas,….) Por otro lado, esa sensibilidad que nos lleva a tomar esas medidas, si la aplicamos a la hora de decidir quién nos representa, es decir, quién va a tomar decisiones en nuestro nombre que sí tendrían más trascendencia, los efectos se multiplicarán. El problema lleva mucho tiempo planteado. El suficiente como para saber qué partidos políticos los incorporan en sus programas y, lo que es más importante, cuáles de ellos cumplen esos compromisos. Hay mucho discurso vacío aparentemente comprometido que luego, a la hora de la verdad, no se traduce en acciones efectivas.
4.19 Puede parecer que, efectivamente, se carga el peso en el individuo y su comportamiento, pero pienso que lo que dice del despertar colectivo y la actitud beligerante con los mensajes consumistas, es acertado. El mercado, que es el sistema que, nos guste más o menos, marca nuestras vidas, está también al tanto de las opiniones predominantes de su objetivo, que es el consumidor. Esto ha producido en muchas ocasiones cambios en la oferta en función de lo que se demandaba y algunas decisiones políticas que intentaban dar respuesta a esas reivindicaciones. Así, si se percibe que a la gente no le gusta algo, el mercado evolucionará para eliminarlo. Pero es necesario que estemos prevenidos frente a la creación de necesidades de cosas superfluas y a las acciones que pretenden dar la impresión de que se ha cambiado algo (muy poco) cuando la mayoría ha seguido igual o incluso peor (greenwashing)
4.20 Una forma muy gráfica sería que los comercios incluyeran eso que se puede ver en muchas pastelerías o restaurantes con muros de cristal que permiten ver el proceso de elaboración de los pasteles o platos en general. Podríamos ver quiénes fabrican los productos que compramos y en qué condiciones. Cuando el producto se elaborase fuera, cosa bastante habitual, se podrían sustituir las paredes de vidrio por pantallas en las que se proyectase el proceso de fabricación y la obtención de materias primas. Podríamos ver de primera mano la explotación infantil, las condiciones de semiesclavitud, el agotamiento de recursos y la degraadación del paisaje. Probablemente, disminuiría el consumo al mostrar al consumidor en potencia las consecuencias de fabricación de ese producto en el que está interesado. Pero claro, esto sería para los comercios tirar piedras a su propio tejado. Podría regularse también esos procesos prohibiendo la explotación que abarata los precios y genera mayores emisiones que, además, nadie se atribuye. ¿Cómo? Simplemente exigiendo que se cumplan los derechos humanos, no solo en nuestro mundo desarrollado, sino en todo el planeta. ¿Imposible? Tal vez, al menos en estos momentos…
4.21 La solución a este problema debe pasar por medidas consensuadas a nivel internacional, ya que, como afirma el autor, es previsible que los residuos se incrementen mucho en países que no tienen sistemas de tratamiento como los que se van aplicando en los países más desarrollados. Estos sistemas cuestan dinero y muchos países no se los pueden permitir. Tal vez la ayuda de otros países podría ayudar a que se redujera el problema. En cualquier caso, hay que considerar que muchos de estos países en desarrollo reciben toneladas de basuras del primer mundo que, de esta forma, se libra de ellas (lo que no se ve, no existe) y en muchos de ellos se producen muchos productos que se consumen también en el primer mundo y cuya producción también genera muchos residuos y emisiones. Pero, evidentemente, es imprescindible que se impulsen medidas de reducción y reutilización en todo el mundo, no solo en la parte más desarrollada. Las aguas negras que se filtran en los vertederos a las aguas freáticas que consumimos o los microplásticos que se generan como consecuencia de la degradación de los plásticos y ya están en nuestro cuerpo son un par de ejemplos de problemas que se generan debido a la acumulación de residuos no tratados o tratados de forma inadecuada.
4.22 El mito es complicado de contrarrestar, ya que, como se indica en el artículo, son compañías y administraciones muy poderosas las que lo impulsan. Efectivamente, como indicas en el comentario, es muy común que en los centros educativos se considere el tema del reciclaje como una de las medidas que más puede reducir las emisiones de carbono. El disponer de contenedores que separen los residuos es una forma de limpiar conciencias, pero vemos dónde acaban esos productos que separamos y llevamos a los contenedores: en países en desarrollo descampados por el suelo o quemados emitiendo todo tipo de toxinas. Es sobrecogedor el montaje de fotografías del final del capítulo en el que se pueden ver distintos envases originados en los lugares más dispares del planeta y que acabaron en las orillas de un lugar patrimonio de la humanidad en la península del Yucatán. Aunque es enfrentarse a un gigante, hay que seguir compartiendo esta información e intentando compensar los mensajes lavaconciencias de la separación y el reciclaje con la realidad que suponen, a ver si así se impulsa un reciclaje más auténtico y respetuoso. Un ejemplo: un colegio va a la playa a realizar una recogida de residuos, principalmente plásticos. Con todo el material recogido en la playa, se dirigen, alumnado y profesorado, a la plaza del ayuntamiento, como denuncia de la falta de cuidado de las playas. El alcalde les felicita y les sugiere que otro día vayan a limpiar otra playa. No ha entendido nada… Ojala mejore también la conciencia ambiental de nuestros políticos…
4.23 Quizás lo más destacable del capítulo para mí sea la denuncia de que los acuerdos no son suficientes pero, a pesar de ello, tampoco se cumplen. Es decir, se reunen, establecen unos consensos mínimos, que encima no son vinculantes, consensos que solo mitigan una pequeña parte del problema, pero ni siquiera esos consensos se cumplen. Además, los países juegan a que las cifras oficiales muestren un cumplimiento que, en realidad, no es tal, pues por la trastienda están trasladando el problema a otro lugar o jugando con sistemas que producen emisiones que no se reflejan en los datos oficiales. También me parece interesante su denuncia en relación con las compensaciones de emisiones que intentan mostrar que se está haciendo algo para que el CO2 neto sea cero, si bien se está jugando con la previsión de la compensación que realizarán los árboles plantados en el futuro y así se adquiere carta blanca para seguir produciendo esas emisiones. De nuevo, la compensación está muy bien, pero no debería servir como excusa para seguir produciendo emisiones.
4.24 Yo pienso que el criterio que se aplica a la hora de valorar el desarrollo es sesgado y se reduce al cálculo del PIB. Éste debe sufrir un incremento para evitar entrar en recesión. Pero hay otras variables que no se consideran y que son las que realmente generan bienestar, como la salud, la educación o la calidad del paisaje que aporta la biodiversidad. Se atiende al consumo por encima de otros elementos. Por tanto, estos elementos resultan incompatibles con el actual modelo, por lo que se ve que ese crecimiento no está impulsando, en realidad, un modelo de bienestar para las personas en general, incluso en los países más desarrollados. Aquí hay un problema asociado de privatización de servicios públicos que nos llevaría. al final, a una discusión sobre modelos de estado ligados a determinadas ideologías. Véase el sistema sanitario público en Estados Unidos, prácticamente inexistente.
4.25 La cuestión aquí es, desde mi punto de vista, la compatibilidad entre un sistema capitalista en el que el mercado y los beneficios son lo primero y luego ya veremos qué podemos hacer por los países pobres y la práctica de la equidad que permitiría a la población de esos países más deprimidos tener acceso a algunos servicios y elementos de bienestar de los que carecen, con una previsión además de que su vida empeore como consecuencia del cambio climático originado en las economías más fuertes. Además, no olvidemos que esos países pobres poseen, o poseían, materias primas que el primer mundo aprovechó, o está aprovechando, para mantener su nivel de vida. Consecuencias del colonialismo o el neocolonialismo. Si queremos que la práctica de la justicia sea una realidad, creo que es imprescindible revisar ese modelo. En esto, no soy muy optimista.
4.26 Desde luego, la correlación entre ingresos y responsabilidad en las emisiones, así como entre ingresos y excedentes en esas emisiones con respecto al límite sostenible, muestran claramente quién tiene más responsabilidad en el problema. La solución que plantea, que pasa por prescindir de lo innecesario para permitir que, atendiendo a las necesidades en cuanto a reducción de emisiones, la población de los países en desarrollo puedan alcanzar un nivel de vida aceptable, me parece ideal. Otra cuestión es si sería posible aplicar con la coyuntura actual. La frase final es fundamental: “Requerirá organización, solidaridad y valor. Como siempre sucede en todas las luchas por un mundo mejor”. Esperemos hacerlo posible.
4.27 Este capítulo aporta otro punto de vista. Zonas que han sido objeto de enfrentamientos entre potencias lejanas debido a sus recursos, se encuentran, en la actualidad, sufriendo efectos del cambio climático que aquellas potencias han originado en su mayor parte y, a pesar de ellos, consideran que no deben renunciar a sus emisiones, aunque éstas estén produciendo una degradación de sus fuentes tradicionales de recursos. Mantienen, con toda la razón, que tienen derecho a disfrutar de las mismas ventajas que los habitantes de esos países que les colonizaron en el pasado. Es hora de que sean ellos los que se sacrifiquen ahora. Pero, por otro lado, los países poderosos están en otra cosa: el mantenimiento de su supremacía económica y militar. De ahí que, hablando el mismo idioma, utilicen de hecho distintos lenguajes cuando intervienen en las cumbres climáticas, en otros encuentros político-militares o cuando se dirigen a su población. Esperemos que se les ilumine la mente y esos conflictos que se están gestando no lleguen.
4.18. Estas preguntas son claves y creo que todas son válidas. El problema es tan grande que hay respuestas para todo. Unos no son conscientes y siguen como si no pasara nada. Otros son conscientes pero piensan que no va con ellos y que es algo del futuro. Otros saben cómo debería abordarse pero no se atreven a tomar medidas valientes. Otros son conscientes de la emergencia pero creen que hay otras prioridades… Vamos, que unos cantan para arriba y otros para abajo. Y mientras tanto el tiempo corre, los acontecimientos se aceleran, los problemas se retroalimentan y aún así se siguen tomando medidas opuestas a la lógica y aplicando el retardismo.
4.19. La acción individual es muy importante, pues somos los consumidores y en nuestra mano tenemos un carro de combate cada vez que vamos a comprar. Pero está claro que las grandes empresas se empeñan en culpabilizarnos, mientras que ellos dedican tiempo y dinero a pintar su casa de verde. El ejemplo de Coca Cola es claro, pues sus botellas están en todo el planeta. Otro buen ejemplo es el tabaco, pues las tabacaleras han ocultado información durante décadas y luego se culpa a los fumadores por seguir fumando. De todas formas, cada ciudadano debería hacer más, aunque los que más ricos tienen más responsabilidad.
4.20. La mejor herramienta es la información al consumidor, en colegios, institutos, universidades, etiquetados de productos, medios de comunicación… Pero ya vemos lo que pasa cuando un ministro dice que las carne de macrogranjas es de menor calidad. Al momento sale el presi diciendo que “un chuletón al punto es infalible”. Ante este panorama uno no sabe qué decir. Las redes sociales también son importantes y hay que insistir, pero no tengo claro que el mensaje llegue a los que más deberían cambiar.
4.21. Menudo temazo. De hecho, ests días han estado reunidos los países más poderosos para firmar un acuerdo que establezca límites a productos plásticos pero sin marcar plazos claros y la forma de hacerlo. Los datos relativos a los residuos generados son tremendos y no entras en mi cabeza. Lo mismo ocurre con la previsión para las próximas décadas. Creo que cuando se camina por una playa repleta de microplásticos es más fácil visualizar el drama global. No he estado en el sudeste asiático, países africanos o islas del Pacífico, pero creo que jamás iré, pues pienso que no estoy preparado mentalmente para ver las acumulaciones de residuos procedentes de nuestro “selecto club de los ricos”.
4.22. Totalmente de acuerdo con el ejemplo que planteas. El grueso de la sociedad considera que ya ha cumplido su parte reciclando en casa, cuando en realidad no reciclamos, sino que separamos. Y aún así se hace mal, muy mal. Es la mejor forma de limpiar conciencias. Pero el resultado lo vemos en los contenedores cada Navidad. Si partimos de que grandes empresas como ECOEMBES tienen el monopolio, poco vamos a poder hacer. Una de las formas de cambiar esto es introducir el concepto de impacto en la salud, pues resulta más cercano y comprensible.
4.24. El problema es tan grande que me desborda. Antes y durante del COVID19 tenía esperanza e incluso pensaba que se estaba dando un giro de timón, pero ahora no lo tengo tan claro. Incluso Europa, que parece que muestra un interés por afrontar los retos futuros con seriedad, está tomando un camino desconcertante y contradictorio en muchos aspectos. También vemos que las visiones son muy diferentes en función de la ideología política y el perfil de quienes toman las decisiones, en su mayoría economistas de la vieja escuela y por tanto refractarios ante planteamientos económicos alternativos al capitalismo. Confieso que yo sueño con todos estos temas y los arrastro el resto del día. No lo puedo evitar. Lo siento como una losa muy pesada y me condiciona en todo lo que hago y pienso.
4.25. Sin duda hacen falta acciones, pero en demasiadas ocasiones las determinan los de arriba sin consultar a los de abajo, pues consideran que con votar cada cuatro años es suficiente. Lo estamos viendo con las energías renovables, pues están generando mucha crispación social. Son las grandes empresas y fondos de inversión los que tienen capacidad de movilizar el capital que llega de Europa pero sin atender las verdaderas necesidades y sentir de la sociedad.
4.26. Es clave poner cifras a la magnitud del problema, aunque resulta duro y abrumador. Pero no tengo claro que el grueso de la sociedad esté dispuesta a mirar a los ojos de los problemas, pues ya es bastante complicado el día a día. Sabemos que el único camino es el decrecimiento, pero parte de una denominación con matiz negativo y muy poco atractivo. Siempre nos han dicho que la economía tiene que crecer para así generar empleo y riqueza. Por tanto, el propio concepto de decrecer debería revisarse y convertirlo en positivo para el planeta, la sociedad, el entorno, la salud, la calidad de vida…
4.27. No hay otra que plantear estas medidas, pero estamos a años luz de que los países ricos ayuden a los pobres, pues lo que domina es todo lo contrario. Los ricos seguimos considerando a los del sur global como la fuente de recursos naturales esenciales y también como los grandes vertederos de nuestros residuos. Ya siento ser tan negativo, pero creo que la realidad es así.
Sobre los capítulos 4.18, 4.19, 4.20, 4.21, 4.22, 4.23 y 4.24
Capítulo 4.18, sobre lo que dice Greta y se cuestiona creo que hay dos puntos, nosotros si somos conscientes del cambio climático pero no tenemos los medios o el poder suficiente para hacer cambiar las cosas pero si tenemos la fuerza cuando nos unimos para hacernos notar y que los poderosos puedan cambiar, pero por otra parte los poderosos son los que no se dan cuenta de la realidad o no quieren darse cuenta de la realidad por el miedo a perder un status y emprender cambios que harán tambalear nuestro modo de vida.
Capítulo 4.19, soy de la opinión de que la unión hace la fuerza y que no sirve de mucho que tu en tu casa recicles un montón y otro van en coche hasta a por el pan, por eso es importante de que todos los individuos nos eduquemos en sostenibilidad y adoptemos medidas claras y contundentes en nuestras casas que frenen el consumismo y obliguen a las empresas a cambiar.
Capítulo 4.20, lo primero en mi opinión sería tener etiquetado claro y estandarizado y luego acudir a tiendas de barrio que el vendedor conozca el origen de todos los productos, incluso si es posible ir directamente a comprar a los productores para evitar intermediarios que contaminan.
Capítulo 4.21, es bastante complicado que los políticos tomen medidas ya que cada COP es un fracaso por eso creo que la mejor opción es que los grupos de acción local de cada lugar se pongan en contacto y tomen medidas consensuadas.
Capitulo 4.22, recuerdo esta pregunta cuando fuiste a la Uni y creo q vote por lo de los vuelos pero si q me sorprendió lo del coche porque normalmente no asocias que algo tan común sea tan dañino. En mi opinión lo más importante es reducir y tenemos que conseguir mostrar esta idea a las personas que no están familiarizadas con la crisis climática ya que sino será imposible el cambio.
Capitulo 4.23, todo el capitulo es sumamente contundente y es muy difícil quedarse con solo una idea por eso yo me quedaría con el final, con que no podemos ceder terreno al ecoblanqueo ya que las empresas y los gobiernos se están cubriendo con una bandera falsa que confunden a la gente y diluyen la acción climática.
Capítulo 4.24, seamos claros, si no hay salud es imposible el desarrollo y el crecimiento no es posible a toda costa por eso hay que tomar un modelo de crecimiento sostenible que tenga en cuenta el territorios, los recursos finitos y el aspecto social, no todo es economía y números. Por eso es importante asegurar la salud tanto del planeta como la nuestra para poder seguir creciendo como sociedad.
Sobre los capítulos 4.25, 4.26 y 4.27
Capítulo 4.25, uno de los temas más tratados a lo largo del libro es que debemos cambiar nuestra forma de vida pero el gran punto es como lograr cambiar las cosas, que acciones tomar y eso es de lo que andamos escasos, hay muy pocas acciones que los gobiernos y las grandes empresas estén tomando para cambiar las cosas por lo que es difícil que la gente de pie tome medidas, en el fondo nos quedamos con palabras vacías y no tomamos acciones.
Capítulo 4.26, me ha parecido un capitulo muy interesante porque da cifras del desequilibrio y dice algo muy importante, no todos los sectores necesitan crecer ni hay que producir más para crecer. Creo que en un estado de desarrollo tan avanzado como le nuestro solo podremos seguir creciendo como sociedad si somos críticos y distinguimos lo que es importante y lo que no, lo que necesitamos mejorar y lo que no.
Capítulo 4.27, este capitulo ha sido de mis favoritos porque habla de la geopolítica que es una de mis pasiones, desde mi punto de vista la geopolítica moderna no debe ser un juego de controlar ya sea por la fuerza militar o económica otras naciones sino llegar a acuerdos, a políticas que hagan crecer a los Estados firmantes y que aseguren la paz y la estabilidad por eso que Oriente quiera crecer no es malo, es lógico. El problema radica en que quiere hacerlo de una manera que esta comprobada que es insostenible y nosotros para seguir con nuestro modo de vida les hacemos plagar nuestros platos rotos cuando han estado oprimidos de muchas otras maneras durante siglos. La bola esta en nuestro tejado y debemos de ser egoístas para poder permitir un desarrollo oriental de una manera sostenible.