Finalizamos la cuarta parte del libro, que aborda qué hemos hemos frente al reto del Cambio Climático. 10 capítulos y 39 páginas de lectura. ¡Anímate a participar a poner tu comentario en esta entrada del blog!. Estos son los capítulos objeto de comentario y reflexión:
4.18. Siguen diciendo una cosa y haciendo otra / Greta Thunberg
4.19. El coste del consumismo Annie Lowrey / Escritora en plantilla de Atlantic, donde trata asuntos de política económica, y autora de Give People Money.
4.20. Cómo (no) comprar Mike Berners-Lee / Profesor del Centro Ambiental de la Universidad de Lancaster, director de Small World Consulting Ltd. y autor de There is No Planet B.
4.21. Desperdicios por el mundo Silpa Kaza / Especialista en desarrollo urbano en el Centro Global de Gestión Urbana y de Desastres, de Resiliencia y de la Tierra del Banco Mundial.
4.22. El mito del reciclaje Nina Schrank / Activista del Equipo de Plásticos de Greenpeace Reino Unido.
4.23. Ya es hora de poner límites/ Greta Thunberg
4.24. Emisiones y crecimiento Nicholas Stern / Profesor de Economía y Gobernanza, y presidente del Instituto Grantham de Investigación de la facultad de Economía y Ciencias Políticas de Londres.
4.25. Equidad Sunita Narain / Directora general del Centro para la Ciencia y el Ambiente, organización sin ánimo de lucro para la investigación y la defensa del interés público con sede en Nueva Delhi.
4.26. Decrecimiento Jason Hickel / Antropólogo económico, escritor y profesor del Instituto para la Ciencia y la Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona.
4.27. La brecha de percepción Amitav Ghosh / Autor de dieciséis obras de ficción y de no ficción; primer escritor de habla inglesa en recibir el mayor honor literario de la India, el Premio Jnanpith.
En el capítulo 4.18. Greta apunta dos frases significativas:
“No somos conscientes de que nos encontramos en una emergencia climática. Pero ese no es el principal problema: no nos percatamos de que no somos conscientes”.
“No podemos seguir definiendo el progreso solo por el crecimiento económico ni por el producto interior bruto ni por los beneficios que reciben los accionistas. Tenemos que superar el consumismo compulsivo y redefinir el crecimiento. Necesitamos una nueva forma de pensar”.
¿Realmente no somos conscientes del problema de la emergencia climática? ¿O sí lo somos pero no sabemos cómo abordarlo? ¿O sí lo sabemos y no queremos abordarlo porque en el fondo sabemos que necesariamente tenemos que realizar cambios en nuestras vidas que no estamos dispuestos a asumir?
Más allá del exceso de emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las malas prácticas de gobiernos, según se apunta en el capítulo 4.19 no podemos pasar por alto el consumismo como origen. “Los individuos son los consumidores últimos de buena parte de lo que se bombea, se construye, se sacrifica, se extrae, se teje, se corta, se procesa y se transporta en el mundo, un año tras otro. Y es su materialismo y consumismo —nuestro materialismo y consumismo— lo que está conduciendo al planeta a su destrucción”. Esta frase que aparece en el capítulo es contundente: “Demasiados consumen demasiado. Derrochan demasiado. Tienen demasiado. Y les importa demasiado poco”.
Otro párrafo destacado de este capítulo es: “Nosotros, como individuos, tenemos que parar lo excesivo e innecesario, desde bolsas hasta vuelos en avión o segundos coches. Tenemos que residir en hogares más pequeños y verdes, y adoptar los medios de transporte públicos. Y lo que es más: tenemos que desarrollar un profundo escepticismo ante las ideologías económicas que nos han llevado a la extinción en masa y al calentamiento catastrófico, y empezar a actuar como si ese desastre fuera, de hecho, un desastre”.
El argumento de este capítulo es que la gran responsabilidad recae en empresas y gobiernos, pero la actitud individual es importante porque somos seres sociales y podemos influir en otras personas con nuestros hábitos y ejemplo, podemos modificar las prácticas empresariales y determinar en masa las políticas que los gobiernos impulsan. El capítulo terminar con la siguiente frase: “Todo necesita cambiar, y todo tiene que cambiar. Y ese cambio empieza en casa”. ¿Estás de acuerdo con el planteamiento desarrollado en este capítulo? ¿Consideras que en el fondo está poniendo el peso de la responsabilidad de la crisis en los individuos? ¿O que lo que está planteando es que hace falta un despertar colectivo para concienciarnos de que formamos parte del sistema y que en nuestra mano está tomar partido para cambiar la situación?
“Manipulación generalizada”. De forma así de cruda se define en el capítulo 4.20 la forma en que compramos en la actualidad, ya que de forma inconsciente estamos siendo bombardeados por información que nos invita a consumir en exceso productos que muchas veces ni siquiera necesitamos. Por eso se invita a entrenar y desarrollar el espíritu crítico, intentando responder qué busca o a qué intereses responde quien intenta “vendernos” un producto o una idea.
Un aspecto que se recomienda la hora de comprar de forma sostenible y responsable es investigar sobre las consecuencias que ha tenido sobre el medio ambiente cada producto que adquiramos. Pero esto exige esfuerzo, tiempo y conocimientos suficientes. ¿Cómo crees que se podría ayudar a los consumidores a que tuvieran más fácil realizar una compra sostenible de manera consciente?
En el capítulo 4.21 nos acercamos a la relación entre los residuos y el cambio climático. “En todo el mundo, el sector de la gestión de los residuos sólidos es uno de los tres principales emisores de gases de efecto invernadero, ya que aporta alrededor del 5 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono y hasta el 20 por ciento de las de metano”.
Una gestión inadecuada de los residuos tiene también otras consecuencias: “puede conducir a la transmisión de enfermedades, problemas respiratorios, contaminación de aguas y suelos, contaminación del aire y el mar, y hasta afectar a las economías locales (reducir el turismo, por ejemplo)”.
Teniendo en cuenta que las previsiones son un aumento de los residuos a escala mundial en los próximos años, urge adoptar medidas que permitan reducir el consumo y gestionar con una circularidad lo más eficiente posible todos nuestros recursos materiales. El problema de los residuos es un problema global, con lo que de forma global hay que abordarlo. El mundo occidental y los países en desarrollo presentan realidades muy dispares en cuanto a la gestión de residuos se refiere. ¿De qué forma podrían establecerse rutas comunes de convergencia de objetivos atendiendo a estas diferencias entre países?
El capítulo 4.22. me ha recordado a una de las actividades de divulgación que realizo en mi trabajo dirigidas a grandes grupos para explicar en qué consiste el cambio climático, donde preguntamos a los participantes que elijan cuál de las actividades propuestas creen que es la que más contribuye a solucionar el problema del cambio climático desde la capacidad de acción en el ámbito individual. Las opciones que se dan son: vivir sin coche, utilizar luces led, reciclar, reducir vuelos y seguir dieta basada en plantas. En la práctica totalidad de los grupos en los que la hemos realizado (varias decenas) la respuesta mayoritaria que gana por goleada es reciclar, a pesar de que en el listado de acciones individuales eficaces está situada en las partes finales de la lista. Es curioso ver la cara de sorpresa de una buena parte de los participantes cuando ven la respuesta correcta, que es vivir sin coche. ¿Por qué pasa esto? Hay mucho dinero invertido en campañas de comunicación, en greenwashing empresarial e institucional. Recibimos un martilleo constante de lo importante que es reciclar, pero no tanto de que es mucho más importante reducir y reutilizar. Se trata en el fondo de mantener el statu quo. Por supuesto que es importante reciclar, pero siendo conscientes de que hay acciones mucho más eficaces. La realidad dista mucho de lo que se nos quiere ver en los anuncios de televisión. La solución pasa por reducir la producción de plásticos. ¿Cómo crees que se puede contrarrestar este mito del reciclaje?
Probablemente el capítulo 4.23. sea el más intenso de los que hemos leído hasta ahora. Sin pelos en la lengua, Greta expone con crudeza la realidad a la que nos enfrentamos, poniendo en evidencia las carencias y fracasos acumulados en la causa climática. Hay que hacer cambios sistémicos drásticos ya. El cierre del capítulo es ilustrativo: “Nos acercamos a un precipicio. Y sugiero encarecidamente que quienes no hayamos sucumbido al ecoblanqueo, nos mantengamos firmes. No permitamos que nos arrastren ni un centímetro más hacia el borde. Ni uno. Ya es hora de poner límites. De aquí no nos movemos”. De todas las ideas del capítulo, ¿cuál es para ti la que más fuerza tiene?
En el capítulo 4.24 se aborda un tema recurrente y completo. Crecimiento, desarrollo, equilibrio, salud… ¿Son términos realmente compatibles en nuestro actual modelo? Veamos un párrafo del capítulo que abre el debate: “Se puede lograr desarrollo económico en todas las dimensiones, incluidos los ingresos, la salud, la educación, el ambiente y la cohesión social, al tiempo que se aborda el problema del cambio climático. Esta clase de crecimiento económico es esencial para los casi siete mil millones de personas que viven en países en desarrollo, muchos de los cuales son pobres. Puede elevar su nivel de vida, proporcionándoles empleos bien pagados y permitiéndoles acceder a una mejor atención sanitaria y educación. Nuestro desafío es llegar a ello sin que el ambiente sufra, lo que solo será posible si cambiamos radicalmente nuestras formas de producir y consumir, sobre todo en lo tocante a la energía”.
El capítulo 4.25. es una buena muestra de que la vertiente social de la crisis climática tiene su protagonismo merecido en este libro, donde se expone de forma clara e “incómoda”:
“La verdad más incómoda no es que estemos inmersos en una crisis climática, sino que debemos construir un nuevo modelo de crecimiento económico, uno accesible y asequible para todos y, al mismo tiempo, bajo en emisiones de carbono y sostenible”.
¿No crees que hacen falta acciones por encima de palabras y circunloquios?:
“La energía renovable es inasequible para los pobres; quienes ostentan el poder no deben predicar la necesidad de efectuar transiciones energéticas, sino pagar para que se lleven a cabo”.
El capítulo 4.26. condensa de forma brillante en unas pocas páginas la situación de desequilibrio norte-sur en relación con el consumo de energía y recursos, apuntando además algunas claves sobre el horizonte a alcanzar y sobre los pasos en los que tendríamos que centrarnos. Me ha ilusionado el enfoque positivo y posibilista que se desprende de sus palabras, terminando con una frase contundente: “Requerirá organización, solidaridad y valor. Como siempre sucede en todas las luchas por un mundo mejor”.
En las últimas décadas todo parece reducirse a crecer, a producir más, a consumir más… “(…) no hay pruebas de que sea posible desvincular por completo el crecimiento del consumo de energía y recursos a escala global, y todos los modelos globales existentes pronostican que es improbable que se logre en el futuro, incluso partiendo de los supuestos más optimistas sobre eficiencia y cambio tecnológico”.
Pero hay una alternativa… “La clave es disminuir las formas de producción menos necesarias y organizar la economía en función del bienestar de las personas, en lugar de la acumulación de capital. Eso se denomina «decrecimiento», y precisa de una reducción planificada del uso excesivo de recursos y energía en los países de ingresos altos para equilibrar de nuevo la economía con el mundo de una manera justa y equitativa”.
Son muchas las citas que podría seleccionar del texto a continuación, pero me quedo con este párrafo: “En lugar de asumir que todos los sectores de la economía deben crecer, lo necesitemos o no, deberíamos decidir qué sectores necesitamos que mejoren (por ejemplo, las energías renovables, el transporte público y la sanidad), y cuáles son claramente destructivos y deberían reducirse (todoterrenos, viajes en avión, moda rápida, carne de vacuno industrial, publicidad, finanzas, la obsolescencia programada, el complejo industrial militar, etcétera). Hay grandes parcelas de la economía organizadas en torno al poder corporativo y el consumo de élite, y todos estaríamos mejor sin ellos”.
¿Qué te ha parecido poner cifras y datos concretos a esa desigualdad entre norte-sur por todos conocida (emisiones, daños, consumo de recursos…)? ¿Seremos capaces de asumir que el decrecimiento no implicará tanto carencias como el centrarnos en las personas, en lo importante, en nuestro bienestar?
El capítulo 4.27. nos hace reflexionar sobre la difícil convivencia entre la gobernanza multilateral global versus el ejercicio de poder geopolítico nacional. ¿Dos realidades irreconciliables para hablar de crisis globales como el cambio climático? “(…)tal vez los dirigentes globales usan un determinado lenguaje durante las negociaciones internacionales, pero cuando analizamos lo que hacen en realidad, parece como si sus acciones estuviesen, en efecto, dominadas por una voluntad de poder. Quizá por eso los países ricos se sintieron capaces de aportar únicamente 10.000 millones de dólares a un fondo para ayudar a los países excepcionalmente vulnerables, pero no tuvieron dificultad alguna en aumentar sus gastos de defensa en un billón de dólares. Esto sugiere que, al contrario de lo que los dirigentes globales digan en público, muchos de ellos están preparándose de hecho para un futuro de conflictos intensificados”.
La conclusión a la que se llega en este capítulo es que si queremos convivir todos en igualdad de condiciones en nuestro planeta, los del norte global tenemos necesariamente que “bajar el pistón” de consumo. Así el sur global se “conformará” compartiendo un nivel de vida común que nos permita no superar los límites de crecimiento del planeta. ¿Estás de acuerdo con este planteamiento?
Te invito a que dejes comentarios respondiendo a alguna de las preguntas que aparecen dispersas por esta publicación de la web, o destacando cualquier aspecto que te haya llamado especialmente la atención de todo lo que hemos leído.
El jueves 20 de abril, en el directo de Twitch en el canal En Plan Planeta, comentaremos en directo estos capítulos y lo más destacado de los comentarios que recibamos en el blog. También seguiremos compartiendo ideas para ir dando forma a la CUÑADOPEDIA sobre cambio climático, que realizaremos de forma colaborativa en un documento de Google docs: https://docs.google.com/document/d/1F7ZNGLYjsqj6UfO3AIDvZ76uLUwMDvcz_o6He4Uh6p0/edit?usp=sharing
¡Nos leemos!