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Club de lectura virtual En Plan Planeta: El Libro del Clima (día 11)

Comenzamos con la quinta parte del libro, que aborda qué debemos hacer ahora. 7 capítulos y 28 páginas de lectura. ¡Anímate a participar a poner tu comentario en esta entrada del blog!. Lo comentaremos en directo en Twitch el próximo 27 de abril. Estos son los capítulos objeto de comentario y reflexión:

5.1. Lo más eficaz para salir de este atolladero es educarnos / Greta Thunberg

5.2. Acción individual, transformación social Stuart Capstick / Científico social ambiental en la Universidad de Cardiff y director adjunto del Centro de Cambio Climático y Transformaciones Sociales. Lorraine Whitmarsh / Profesora de Psicología Ambiental en la Universidad de Bath y directora del Centro para el Cambio Climático y las Transformaciones Sociales.

5.3. Hacia los estilos de vida de 1,5 °C Kate Raworth / Cofundadora del Laboratorio de Acción Económica Doughnut y asociada principal del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford.

5.4. Superar la apatía climática Per Espen Stoknes / Psicólogo, conferenciante de TEDGlobal y codirector del Centro para la Sostenibilidad de la Escuela Noruega de Negocios.

5.5. Cambiar la dieta Gidon Eshel / Profesor de Física Ambiental del Bard College (Nueva York).

5.6. Recordar el mar Ayana Elizabeth Johnson / Bióloga marina, cofundadora del grupo de expertos sobre políticas Urban Ocean Lab, coeditora de la antología All We Can Save y cocreadora de How to Save a Planet.

5.7. Renaturalizar George Monbiot / Escritor, cineasta y activista ambiental; autor de una columna semanal para The Guardian, así como de diversos libros y vídeos. Rebecca Wrigley / Fundadora y directora general de Rewilding Britain; ha trabajado en conservación y desarrollo comunitario durante treinta años.

En el capítulo 5.1. Greta pone en valor el papel de la educación para combatir la crisis climática: “(…) creo firmemente que la forma más eficaz de salir de este atolladero es educarnos a nosotros mismos y a los demás”. “(…) Porque una vez que entiendas la situación a la que nos enfrentamos, una vez que te hagas una idea completa de la situación, sabrás más o menos qué hacer. Y también lo que no debes hacer, que es igual de importante”.

Además de la educación, se destaca la necesidad de que todos los agentes participen de este proceso de transformación. La solución no está solo en lo individual, no está solo en el plano global: “Es imposible que una transformación de este tipo se consiga solo mediante cambios individuales en el estilo de vida, o con determinadas empresas que encuentren nuevas formas de producir cemento ecológico o gobiernos determinados que suban o bajen los impuestos. Porque nada de eso bastará. No obstante, resulta igual de imposible conseguir esos cambios sin el esfuerzo individual; son los individuos en particular quienes tienen que liderar el camino desde las bases. Son las personas, los movimientos y las organizaciones concretas, los líderes concretos y regiones y países concretos los que deben iniciar la acción”.

Me ha llamado especialmente la atención la siguiente frase de este capítulo: “Si no vemos a nadie más comportándose como si estuviéramos en crisis, muy pocos comprenderán que en verdad nos encontramos en una”. Y tú, ¿percibes a tu alrededor personas o entidades que realmente se comporten como si estuviéramos en una crisis importante?

Seguimos profundizando en el capítulo 5.2. en el papel individual dentro del contexto global de la crisis climática. En primer lugar se apunta que cada acción puede ser inspiradora para otras personas: “Nuestras acciones son importantes en este contexto, porque dan pistas y ejemplos a los demás. Así como a cada uno nos influyen las opiniones y acciones de otras personas (en especial aquellas a las que respetamos o que nos importan), nosotros influimos en otras personas, nos demos o no cuenta de ello”.

También se detallan distintos ámbitos en los que la esfera individual puede influir, desde lo más personal hasta transformaciones sociales: “(…) nuestras esferas de influencia se extienden desde las elecciones privadas y personales, pasando por persuadir y apoyar a otros, hasta organizar y agitar para lograr el cambio y, en último término, tomar parte en la remodelación de los sistemas y las culturas que forman la sociedad”.

La conclusión a la que se llega en este capítulo es que “(…) cuando reflexionamos sobre nuestro propio papel en bregar con el cambio climático, hemos de recordar que en la acción individual no hay nada «individual»: es la pieza vital a partir de la cual la transformación social resulta posible”. ¿Estás de acuerdo?

¿Realmente podemos configurar un sistema social con estilos de vida consensuados que nos permitan no sobrepasar la mítica cifra de aumento de temperatura de 1,5 ºC? Para la redactora del capítulo 5.3. sí: “Con políticas ambiciosas enfocadas a normativas, infraestructuras y suministro público, los estilos de vida de 1,5 °C pueden ser posibles”. 

Se nos indican algunas pautas para ser positivos: extensión universal de servicios básicos y eliminación por normativa de opciones de consumo prescindibles y perjudiciales: 

“Los legisladores pueden hacer mucho más mediante normativas, impuestos e incentivos para «eliminar» opciones de consumo perjudiciales que no sean compatibles con estilos de vida de 1,5 °C. Por ejemplo, en el ámbito del transporte podrían eliminarse gradualmente los jets privados, los megayates, los automóviles que usan combustibles fósiles, los vuelos cortos y los premios a los viajeros frecuentes en avión. Al mismo tiempo, desde luego, los legisladores deben «introducir» alternativas mucho mejores, desde excelentes redes de ferrocarril y sistemas para compartir coches eléctricos hasta carriles exclusivos para bicicletas y autobuses, de manera que la opción sostenible se convierta en la elección cotidiana fácil, accesible y asequible para todos”.

“Acabar con el consumo excesivo es esencial, pero también lo es asegurar un nivel básico de consumo para todos. Entender esto ha llevado a que cada vez se apoyen más los «servicios básicos universales» que aseguren a todos lo esencial de la vida: atención sanitaria, educación, vivienda, alimentación, acceso digital y transporte”.

Me ha parecido muy interesante el ejemplo que aparece recogido en el capítulo sobre un amplio conjunto de investigaciones psicológicas elaborado por la New Economics Foundation. Se sintetizaron los resultados en cinco actos clave esenciales para promover el bienestar de las personas: conectar con la gente que nos rodea, mantener activo nuestro cuerpo, prestar atención al mundo vivo, aprender nuevas habilidades y ayudar a los demás.

¿Crees que potenciando estos cinco actos clave podríamos ayudar configurar un sistema social con estilos de vida consensuados que nos permitan no sobrepasar la mítica cifra de aumento de temperatura de 1,5 ºC sobre la época preindustrial?

El capítulo 5.4. intenta arrojar luz sobre algunas preguntas clave a la hora de enfrentarnos a la crisis climática: ¿Qué nos frena para comprometernos con la emergencia climática? ¿Qué nos puede impulsar a realizar transformaciones de calado?

Con respecto a la primera pregunta: “(…) cuando se trata del cambio climático, los humanos solemos alzar barreras mentales que nos impiden comprometernos. Las resumo como las «Cinco D» de la defensa psicológica: Distanciamiento, Destino, Disonancia, Denegación e iDentidad”.

Con respecto a la segunda: “ (…) Por suerte, las cinco claves para que el cerebro asuma con mayor facilidad las comunicaciones también son claras: hay que lograr que la acción climática sea más Social, Simple, Solidaria, con hiStorias y Señales”.

La conclusión, compartida en muchos escenarios, es que “cuando una mayoría se haya unido, la seguirán los políticos (porque ello significará que podrían ganar votos, no perderlos, si actúan de manera ambiciosa con respecto al clima)”. ¿Cuáles crees que son más poderosas en el contexto actual, las 5 D’s o las 5 S’s?

El capítulo 5.5. pone de manifiesto con datos diversos que realizar cambios en la dieta pueden influir de forma determinante en la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, se pone en el énfasis en una acción simple que podría tener gran trascendencia global: “¿cómo deberíamos modificar nuestra dieta y qué resultados positivos podemos esperar? El cambio en la dieta de mayor efecto es, de manera incuestionable, eliminar o reducir drásticamente nuestro consumo del alimento que consume recursos de manera más intensa: la carne de vacuno. (…) Sustituir la carne de vacuno con vegetales puede reducir de forma significativa nuestras necesidades de tierra y la utilización de otros recursos”.

Los beneficios de realizar ese cambio en la dieta no solo tendrían relación con las emisiones de gases de efecto invernadero, también habría avances significativos en materia de salud y biodiversidad: “Si se suma a la reducción esperada del 35 por ciento en la contaminación de las aguas continentales y las aguas costeras oceánicas, esa sustitución remodelaría los paisajes rurales de las naciones desarrolladas y ricas, y aumentaría su biodiversidad y su estabilidad ambiental. Esa transición en la dieta proporcionaría también beneficios nutritivos, y reduciría el riesgo de desarrollar enfermedades degenerativas muy extendidas, como las dolencias cardiovasculares y la apoplejía, así como varios cánceres”.

¿Te has planteado en alguna ocasión reducir el consumo de carne de vacuno? ¿Por qué motivos?

El capítulo 5.6. nos invita a “recordar el mar”. Y es que quizá el mar sea el gran desconocido para la mayoría de la población en relación con su papel en el cambio climático. La mayor parte del exceso de calor atrapado por los gases de efecto invernadero ha sido absorbido por el mar, amortiguando los efectos del cambio climático. Además, en el mar se encuentran soluciones frente a la crisis climática: obtención de energía renovable, granjas oceánicas sostenibles, sumideros de carbono azul, protección de entornos costeros frente a inundaciones, refugio de biodiversidad…

¿Por qué crees que el mar es el gran olvidado a la hora de comunicar la crisis climática?

El capítulo 5.7. nos introduce en una tendencia que está ganando protagonismo en los últimos tiempos: la renaturalización. “En esencia, renaturalizar significa permitir que los procesos naturales se reanuden”. ¿Por qué es interesante potenciarla? “La restauración de los sistemas vivos es un medio más seguro, más barato y menos perjudicial que cualquiera de las alternativas tecnológicas. Nos permite lidiar a la vez con dos de nuestras crisis existenciales: el derrumbe climático y el derrumbe ecológico”.

Para evitar una suerte de “neocolonialismo renaturalizante”, es importante que las comunidades locales sean protagonistas de cualquier actuación que se desarrolle en sus territorios: “Las comunidades locales han de estar en el centro de toda decisión sobre el cambio de usos de la tierra y el mar. Nada debe hacerse sin la participación y el consentimiento de los pueblos indígenas y de otras gentes locales. Si usamos una perspectiva localizada y dirigida por la gente ayudaremos a crear economías regenerativas y restauradoras por su diseño, que mantengan la prosperidad humana dentro de la floreciente red de la vida”.

¿Ves viable la renaturalización en nuestro entorno más cercano?

Te invito a que dejes comentarios respondiendo a alguna de las preguntas que aparecen dispersas por esta publicación de la web, o destacando cualquier aspecto que te haya llamado especialmente la atención de todo lo que hemos leído.

El jueves 27 de abril, en el directo de Twitch en el canal En Plan Planeta, comentaremos en directo estos capítulos y lo más destacado de los comentarios que recibamos en el blog. También seguiremos compartiendo ideas para ir dando forma a la CUÑADOPEDIA sobre cambio climático, que realizaremos de forma colaborativa en un documento de Google docs: https://docs.google.com/document/d/1F7ZNGLYjsqj6UfO3AIDvZ76uLUwMDvcz_o6He4Uh6p0/edit?usp=sharing

¡Nos leemos!

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