Comenzamos con la cuarta parte del libro, que aborda qué hemos hemos frente al reto del Cambio Climático. 9 capítulos y 38 páginas de lectura. ¡Anímate a participar a poner tu comentario en esta entrada del blog!. Estos son los capítulos objeto de comentario y reflexión:
4.1. ¿Cómo vamos a enmendar nuestros errores si somos incapaces de reconocerlos? / Greta Thunberg
4.2. El nuevo negacionismo Kevin Anderson / Profesor de Energía y Cambio Climático en las universidades de Manchester, Uppsala y Bergen.
4.3. La verdad sobre los objetivos climáticos de los gobiernos Alexandra Urisman Otto / Periodista sobre el clima del periódico sueco Dagens Nyheter y coautora de Gretas Resa.
4.4. No estamos avanzando en la dirección correcta / Greta Thunberg
4.5. La persistencia de los combustibles fósiles Bill McKibben / Fundador de las organizaciones ambientales 350.org y Third Act y autor de más de una docena de libros, entre ellos The End of Nature y Eaarth.
4.6. El ascenso de las energías renovables Glen Peters / Director de investigación del Centro Internacional de Investigación Climática de Oslo, miembro del equipo ejecutivo de Global Carbon Budget y uno de los autores principales del IPCC.
4.7. ¿Cómo nos pueden ayudar los bosques? Karl-Heinz Erb / Uno de los autores principales del IPCC, director del Instituto de Ecología Social y profesor asociado en la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida (Viena). Simone Gingrich / Profesora ayudante del Instituto de Ecología Social, Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida (Viena).
4.8. ¿Y qué hay de la geoingeniería? Niclas Hällström / Director del foro Y Ahora ¿Qué?, presidente del Grupo ETC y profesor asociado del Centro de Estudios Ambientales y de Desarrollo de la Universidad de Uppsala. Jennie C. Stephens / Profesora decana de Ciencias y Políticas de Sostenibilidad en la Universidad del Nordeste y autora de Diversifying Power. Isak Stoddard / Estudiante de doctorado de Recursos Naturales y Desarrollo sostenible en el departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Uppsala.
4.9. Tecnologías de reducción Rob Jackson / Científico de la tierra en la Universidad de Stanford y director del proyecto Global Carbon.
Leyendo los siguientes tres párrafos que aparecen en el capítulo 4.1. nos damos cuenta de la magnitud del problema en el que estamos inmersos: simple y complejo a la vez. Simple porque sabemos lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Complejo porque las inercias imperantes dificultan los cambios de tendencia.
“A mí no me hace ninguna ilusión seguir denunciando las patrañas de nuestros supuestos dirigentes. Yo quiero creer que la gente es buena. Pero en verdad parece que tanto cinismo no se agota nunca. Si su objetivo como políticos es en realidad tomar medidas para afrontar la crisis climática, ¿acaso la primera medida no sería recopilar las cifras exactas de las emisiones reales a fin de obtener una visión completa del problema y sobre esa base empezar a buscar soluciones efectivas? Eso también nos daría una idea aproximada de los cambios que se hacen necesarios, la magnitud de estos y la rapidez con que habrían de llevarse a cabo. No obstante, ningún dirigente mundial lo ha hecho, ni siquiera lo ha sugerido. Y, hasta donde sé, tampoco lo ha hecho ni un solo político. (…)
Se requieren muchas cosas para empezar a afrontar esta emergencia, pero sobre todo sinceridad, integridad y valentía. Cuanto más esperemos para tomar las medidas necesarias que nos permitan cumplir nuestros objetivos internacionales, más difícil y más costoso será alcanzarlos. (…)
Ahora bien, ¿cómo vamos a cambiar si no aprendemos de nuestros errores? ¿Y cómo vamos a enmendar nuestros errores si somos incapaces de reconocerlos?”
¿Para cuándo una clase política que deje a un lado el partidismo para afrontar eficazmente los grandes problemas que nos afectan?
¿Y si todos en el fondo fuéramos negacionistas climáticos? ¿Qué crees después de leer estos dos párrafos que aparecen en el capítulo 4.2.?
“La Zona Azul —el recinto cerrado donde tienen lugar las negociaciones y los gobiernos exhiben sus «acciones por el clima»— es un microcosmos que acumula tres décadas de fracasos: de emisiones en rápido incremento, de negacionismo climático, de cómodo optimismo tecnológico, de «emisiones negativas» y, en la actualidad, de «emisiones cero, pero no mientras dure mi cargo». ¿Dónde ha quedado la preocupación por las comunidades vulnerables que ya están sufriendo los efectos del clima, por la extinción de especies, por el cambio que va de la rica biodiversidad a los terrenos yermos del monocultivo? ¿Dónde ha quedado la inquietud por el futuro de nuestros hijos? (…)
Durante décadas, la ciencia ha descrito las repercusiones de preferir el hedonismo a la administración. Tras la fachada retórica de la preocupación, siempre hemos sabido cuáles serían los efectos para el clima de volar con frecuencia, comprar todoterrenos, poseer segundas residencias, viajar cada vez más lejos y más rápido y consumir más año tras año. Pero las personas que pagan el precio por nuestros hábitos de consumo creciente no somos nosotros, sino comunidades que están en otros lugares, más pobres y vulnerables a los efectos climáticos. Y esta vulnerabilidad llega hasta nuestros propios hijos. Cuando los cubrimos de regalos, los llevamos en coche al colegio y vamos con ellos de vacaciones al extranjero no estamos teniendo en cuenta su futuro. Cuando nosotros, los padres que generamos un alto nivel de emisiones, estemos criando malvas, nuestros hijos y nietos estarán peleándose con nuestra opción explícita de tomar el camino fácil, de creer en utopías y de echar la culpa a los demás”.
El camino de catarsis que experimentó la periodista sueca protagonista del capítulo 4.3. es muy revelador. Quienquiera que profundice en el tema de la crisis climática siente una suerte de iluminación que le hace cambiar la concepción del mundo tal y como la tenía antes de contar con la información. Y tú, ¿has cruzado el umbral?
“Empecé a seguir a climatólogos y activistas y periodistas ambientales. Leí boletines, libros sobre el clima y reportajes en profundidad en medios internacionales. En el verano de 2019, crucé un umbral: pasé directamente de ser ignorante y despreocupada al abismo de la desesperación. (…)
La tarea más importante de un periodista es dar a sus lectores la información que necesitan, sobre todo para que puedan tomar decisiones democráticas fundamentadas. Llevamos décadas de retraso en la «historia del clima», y aún son solo una minoría de periodistas los que ven la crisis climática y ecológica como «su» área de interés. El trabajo de crear una hoja de ruta adecuada acaba de comenzar”.
En el capítulo 4.4. Greta nos despeja varias dudas:
Los tecnooptimismas de soluciones mágicas de captura de carbono no pueden echar campanas al vuelo: “Está claro que la tecnología por sí sola no nos salvará”.
Sabemos lo que hay que hacer, pese a quien le pese: “Las empresas y los políticos se han empeñado en recurrir a soluciones falsas para mantener el statu quo, pero tenemos las verdaderas respuestas justo delante”.
Hay dinero suficiente, pero hay que emplearlo bien: “No tenemos la opción de comprar, construir o invertir para librarnos de la crisis climática y ambiental. No obstante, el dinero sigue siendo un elemento esencial del problema. La inversión es vital. Debe destinarse a las soluciones, adaptaciones y restauraciones disponibles que sean mejores, en la medida en que podamos encontrarlas. Pero parece que se va a otra parte”.
Que parezca que todo cambia, pero sin cambiar nada: “Nuestros dirigentes no solo se han equivocado «mínimamente», sino que han fracasado a lo grande. Y siguen haciéndolo. Pese a sus bonitas promesas y oratoria, no avanzan en la dirección correcta. De hecho, continuamos ampliando la infraestructura de los combustibles fósiles por todo el mundo y, en muchos casos, hasta aceleramos el proceso”.
En el capítulo 4.5. se reflexiona sobre por qué es tan difícil prescindir de los combustibles fósiles. ¿Estás de acuerdo con las tres razones principales que se esgrimen? “A fin de detener el cambio climático debemos dejar de quemar combustibles fósiles, pero es una tarea difícil por tres razones. Una es que los combustibles fósiles son algo milagroso. (…) la inercia: es la segunda razón por la que no reaccionamos tan rápido como deberíamos. Nuestro sistema está pensado para utilizar combustibles fósiles. (…) El otro problema —la tercera razón por la que vamos tan lentos— son los intereses creados. La energía renovable es, por supuesto, mucho más razonable que los combustibles fósiles: es más barata, más limpia y está disponible en todas partes. Pero esos argumentos no parecen válidos para cierto grupo de personas: los propietarios de pozos de petróleo o minas de carbón”.
¿Eras consciente de la diferencia de ritmo en cuanto a la inclusión de renovables que se da entre países desarrollados y en vías de desarrollo? El capítulo 4.6. nos ofrece algunas claves para entender la complejidad del proceso, apuntando que el impulso de transformaciones en nuestra sociedad para evitar la crisis climática dependerá de varios factores: tecnología, cambios en la conducta y cambios políticos. “La transición energética también va a suponer sufrimiento para unos y recompensas para otros. Es inevitable, pero el mundo está lleno de ejemplos de cambios semejantes. De los caballos a los coches, de las máquinas de escribir a los ordenadores, del teléfono fijo al móvil, de los coches de gasolina a los eléctricos, de la energía fósil a la renovable. Muchas de estas transiciones no las han impulsado las políticas, sino la tecnología y la sociedad”.
Que los bosques pueden desempeñar un papel fundamental en la mitigación de la crisis climática es algo por todos conocido. Pero en el capítulo 4.7. se entran a valorar detalles que no suelen estar en el foco del debate del gran público. ¿Hay algo de lo que aparece en este artículo que te haya sorprendido? “No sería correcto declarar que los bosques no deben talarse en absoluto. La madera puede sustituir muchos productos que producen, de forma intensiva, gases de efecto invernadero y ayuda a reducir los problemas de desechos asociados a materiales como los plásticos. Pero la madera debería usarse sobre todo para fabricar productos de vida prolongada, dentro de límites sostenibles. Si queremos evitar la deforestación o la degradación de los bosques, el suministro de madera ha de limitarse a la cantidad que vuelve a crecer en ellos. La conservación de la biodiversidad tiene que imponer también un límite añadido. Pero en un mundo en el que la masa de objetos fabricados por el hombre supera ya la masa de toda la biomasa viva, debería hacerse hincapié en la reducción del consumo de recursos en los países industrializados”.
En el capítulo 4.8. nos enfrentamos a la cruda realidad: “Todas las estrategias de la geoingeniería implican riesgos enormes, algunos hasta el punto de amenazar con el desmoronamiento de los ecosistemas y la sociedad”. Por supuesto que hay que investigar, realizar hipótesis y plantear alternativas. Pero… ¿hasta el punto de tener confianza ciega en la tecnología ignorando la reducción de combustibles fósiles y gases de efecto invernadero? Los autores de este capítulo lo tienen claro… ¿Tú qué piensas?
Nos adentramos en el capítulo 4.9. en tecnologías de geoingeniería que pretenden eliminar de la atmósfera dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero después de su emisión. Todavía queda mucho por investigar y por optimizar. ¿Hay alguna de las alternativas planteadas en el artículo que te convenza de cara al futuro? ¿O crees que en lo que hay que centrar esfuerzos es única y exclusivamente en la mitigación?
Te invito a que dejes comentarios respondiendo a alguna de las preguntas que aparecen dispersas por esta publicación de la web, o destacando cualquier aspecto que te haya llamado especialmente la atención de todo lo que hemos leído.
El jueves que viene, 30 de marzo, en el directo de Twitch en el canal En Plan Planeta, comentaremos en directo estos capítulos y lo más destacado de los comentarios que recibamos en el blog. También seguiremos compartiendo ideas para ir dando forma a la CUÑADOPEDIA sobre cambio climático, que realizaremos de forma colaborativa en un documento de Google docs: https://docs.google.com/document/d/1F7ZNGLYjsqj6UfO3AIDvZ76uLUwMDvcz_o6He4Uh6p0/edit?usp=sharing
¡Nos leemos!